La persona con Altas Capacidades pasa por fases en su vida en las que, debido al gran número de intereses que le apasionan, la variedad de actividades en las que es competente o siente que puede serlo; las dudas le asaltan y no llega  a ser capaz de concretar a qué quiere dedicar su vida o, más avanzada la edad, si realmente aquella profesión en la que viene desempeñándose, le aporta lo suficiente, le hace sentir que está desarrollando sus potencialidades.

La indecisión vocacional es una de las características de las personas con Altas Capacidades, al igual que la procrastinación y la dificultad paralizante para tomar decisiones.

Quizá tenga dificultades para decidir qué estudiar, por miedo a equivocarse y determinar de ese modo su futuro irremediablemente, esto no sería raro que desembocase en bloqueos emocionales e incapacidad para tomar una decisión, elegir un camino o, lo que es peor, llegar a estancarse en un repetir y repetir los cursos y estudios que realiza en la actualidad, como forma de controlar el pánico ante la posibilidad de tomar una decisión equivocada.

Por otro lado, a lo mejor ha llegado el momento de despedirse de ese ambiente de trabajo que no hace más que recordarnos cada día lo que ya experimentamos en el colegio: las capacidades de esta persona pueden estar muy por encima de las de su jefe y/o compañeros, las relaciones se van haciendo cada vez más complicadas y uno siente que todavía no ha encontrado su lugar en el mundo del ámbito laboral, sin embargo, mediante un buen proceso de orientación profesional, es posible llegar a sentirse bien, encontrar ese espacio de crecimiento libre de conflicto, de enriquecimiento económico, pero también, y primeramente, personal.

Quizá haya llegado el momento de redefinir tus ocupaciones, solicitar un cambio dentro del mismo ámbito o, por qué no, empezar de cero, con el menor miedo posible a tus espaldas.